Enseñar es guiar las experiencias del aprendizaje, pero debemos recordar que el estudiante aprende por medio de su propia actividad. Podemos ayudarlo, pero no podemos aprender por él; por ejemplo: Un estudiante va a aprender a resolver cierta clase de problemas, debe pensar por medio de los pasos necesarios que si él ha de adquirir ciertas habilidades, debe practicar determinadas coordinaciones musculares; si ha de adquirir algunas actitudes deseables, debe tener experiencias emocionales cierta clase.
Estos problemas son especialmente interesantes y constituyen una especie de reto para el maestro en los campos de la educación especial.
Es maravilloso ver cómo se puede enseñar a los sordos a hablar correctamente y a leer la conversación en los labios sin oír ni darse cuenta de cómo son los sonidos; cómo es posible enseñar a los sordomudos a leer y a hablar con las manos; cómo puede enseñarse al ciego a leer y a escribir con los dedos sin ver las formas que usa. Damos por hecho que una persona necesita preparación especial para enseñar a estos alumnos de manera apropiada.
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