La sobrecarga de actividades escolares y extraescolares o el escaso tiempo que muchos padres pueden dedicar a sus hijos, por razones laborales, son ejemplos de factores que pueden, sin duda, estar contribuyendo al aumento de la ansiedad en los niños, niñas y adolescentes. Previsiblemente, puedan estar también participando en ese incremento progresivo, la cantidad de estímulos a los que los niños y niñas están expuestos de manera cotidiana, ya provengan de la televisión, del vídeo-consola o de Internet.